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Síndrome del edificio enfermo: el mal invisible que afecta a miles de trabajadores
2025-10-13
En las grandes ciudades, la mayoría de las personas pasa gran parte de su jornada dentro de edificios de oficinas altos, herméticos y con sistemas de ventilación artificial. Sin embargo, pocos saben que estos entornos pueden ser responsables de molestias, alergias e incluso enfermedades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor del 30 % de los edificios de oficinas en el mundo presentan el llamado “síndrome del edificio enfermo”, una afección cada vez más común.
¿Qué es el síndrome del edificio enfermo?
El síndrome del edificio enfermo (SEE) se define como un conjunto de síntomas que experimentan las personas que ocupan un edificio y que están relacionados directamente con el tiempo que pasan en él. Los malestares suelen desaparecer o mejorar al salir del lugar, lo que demuestra la influencia del entorno interior sobre la salud.
Aunque suele asociarse a oficinas, el síndrome puede presentarse también en viviendas, hospitales, centros educativos o cualquier espacio cerrado con ventilación deficiente o contaminación del aire interior.
Las causas: aire viciado y mantenimiento insuficiente
Las razones detrás de este síndrome son múltiples, y en la mayoría de los casos se combinan varios factores:
- Ventilación inadecuada: cuando el aire no se renueva adecuadamente, se acumulan contaminantes, especialmente en espacios con equipos electrónicos como ordenadores o impresoras.
- Contaminación del aire interior: la presencia de compuestos orgánicos volátiles (COV), polvo o moho puede afectar directamente la salud.
- Humedad: las filtraciones o condensaciones crean un ambiente favorable para microorganismos, sobre todo en baños o cocinas.
- Temperatura inestable: las diferencias de temperatura entre zonas generan incomodidad y afectan el bienestar térmico.
- Materiales y productos químicos: algunos muebles, impresoras o productos de limpieza liberan sustancias tóxicas.
Además, la falta de mantenimiento de los sistemas de ventilación o climatización puede agravar la situación.
Síntomas: señales de alerta en tu lugar de trabajo
Los síntomas asociados al síndrome del edificio enfermo pueden variar según la persona y el entorno, pero los más comunes incluyen:
- Dolor de cabeza.
- Irritación de ojos, nariz o garganta.
- Sequedad en la piel.
- Cansancio, falta de concentración y mareos.
- Aumento de alergias o problemas respiratorios.
Si estos malestares desaparecen al salir del edificio y reaparecen al volver, es posible que el entorno sea la causa.
Cómo prevenir el síndrome del edificio enfermo
La prevención pasa por mejorar la calidad del aire y el confort ambiental dentro de los espacios cerrados. Estas son algunas medidas clave:
- Mejorar la ventilación: sistemas de ventilación mecánica controlada (VMC) aseguran un flujo constante de aire limpio. Los modelos de doble flujo con recuperación de calor, como los de Orkli, alcanzan una eficiencia energética de hasta el 95 %.
- Controlar la humedad: mantenerla entre el 40 % y el 60 % ayuda a prevenir la aparición de moho y ácaros.
- Elegir materiales saludables: optar por pinturas, barnices y muebles con bajas emisiones de COV reduce la liberación de contaminantes.
- Mantener los sistemas en buen estado: limpiar y revisar los filtros, conductos y equipos de climatización de forma regular.
Un aire más limpio, una vida más sana
Un edificio saludable no solo mejora la calidad de vida de quienes lo habitan, sino que también incrementa la productividad y el bienestar en el trabajo.
Cuidar el aire que respiramos es, en definitiva, cuidar de las personas.
