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Todo lo que debes saber sobre el Reglamento de Inteligencia Artificial de la Unión Europea
17-10-2025
La llegada del Reglamento de Inteligencia Artificial de la Unión Europea, conocido como AI Act, marca un antes y un después en la relación entre tecnología, innovación y derechos humanos. La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta clave tanto en el ámbito laboral como en la vida cotidiana, pero su rápido avance ha generado preocupación sobre la privacidad, la seguridad y el uso ético de los datos.
El objetivo de la normativa
El Reglamento de IA de la UE busca encontrar un equilibrio entre la innovación y la protección de las personas. Frente a las dos corrientes predominantes —una que teme que la regulación frene el progreso tecnológico, y otra que defiende la necesidad de proteger la privacidad y los derechos fundamentales—, la Unión Europea ha optado por un camino intermedio: fomentar el desarrollo de la inteligencia artificial, pero bajo condiciones seguras, transparentes y responsables.
¿Cuándo entra en vigor?
El AI Act entró oficialmente en vigor el 1 de agosto de 2024, aunque su aplicación será progresiva:
- 2 de febrero de 2025: comienzan las obligaciones sobre alfabetización en IA.
- 2 de agosto de 2025: se aplican las normas de gobernanza y las obligaciones para los modelos de IA general.
- 2 de agosto de 2027: entran en vigor las disposiciones para los sistemas de alto riesgo.
Este calendario permite que empresas, instituciones y desarrolladores se adapten gradualmente a los nuevos requisitos.
Cómo protege a las personas
La protección del ciudadano es el eje central del reglamento. Para ello, la normativa establece una clasificación por niveles de riesgo:
- Riesgo inaceptable: sistemas que amenazan la seguridad o los derechos humanos. Están totalmente prohibidos.
- Riesgo alto: incluyen aplicaciones que podrían afectar gravemente la salud o los derechos fundamentales, como los sistemas de IA en el transporte o la seguridad pública.
- Riesgo limitado: requieren transparencia. Por ejemplo, los chats o asistentes virtuales deben informar al usuario de que está interactuando con una IA.
- Riesgo mínimo o nulo: la mayoría de las aplicaciones actuales, que no presentan riesgos significativos.
Cuanto mayor es el riesgo, más estrictas son las normas que se aplican.
Principios éticos y transparencia
El reglamento también insiste en que los sistemas de IA deben ser éticos, confiables y explicables.
Para ello, recupera las Directrices éticas para una IA fiable publicadas por la Comisión Europea en 2019, que se basan en siete principios: acción y supervisión humana, solidez técnica, gestión de la privacidad, transparencia, persidad y equidad, bienestar social y ambiental, y rendición de cuentas.
Uno de los grandes desafíos que aborda el AI Act son los sesgos algorítmicos. Estos pueden provocar resultados discriminatorios, como asociar determinadas profesiones o roles a un género o grupo específico.
Además, el texto normativo subraya la necesidad de que los sistemas sean explicables, es decir, que se pueda entender de manera sencilla cómo y por qué la IA llega a determinadas conclusiones.
Gobernanza y supervisión
La aplicación de la normativa se apoyará en una estructura institucional sólida, que incluirá:
- El Comité Europeo de Inteligencia Artificial,
- La Oficina de IA, y
- Las Autoridades Nacionales de Supervisión.
Estos organismos velarán por el cumplimiento del reglamento y coordinarán las medidas para evitar abusos o riesgos derivados del uso indebido de la IA.
Cómo protegerte como usuario
Aunque la ley establece garantías importantes, los usuarios también tienen un papel fundamental en el uso responsable de la inteligencia artificial.
Algunas recomendaciones prácticas son:
- Usar IA de proveedores confiables, verificando su reputación y las opiniones de otros usuarios.
- Revisar las políticas de privacidad para conocer qué datos se recopilan y cómo se usan.
- Evitar compartir información sensible, como datos bancarios o médicos.
- Configurar las opciones de privacidad, desactivando funciones que usen tus datos para entrenar modelos si no lo deseas.
En resumen
La Inteligencia Artificial está transformando el mundo, pero también plantea retos éticos y sociales que no pueden ignorarse.
Con el Reglamento de IA de la Unión Europea, se da un paso decisivo hacia una tecnología más segura, transparente y respetuosa con los derechos humanos, garantizando que el progreso no se haga a costa de la privacidad ni de la dignidad de las personas.
