Gaurkotasuna

Aunque la impresión 3D aplicada a la construcción lleva años en desarrollo, solo recientemente ha alcanzado su máximo potencial gracias a la mejora de la precisión de las máquinas y al impulso de soluciones constructivas respetuosas con el medioambiente.

Primeras experiencias en España

España ha sido escenario de varios hitos innovadores.

En 2018, la primera vivienda impresa en 3D del país —un prototipo de 24 metros cuadrados— se construyó en apenas 12 horas en la Universidad Politécnica de Valencia.

Más tarde, en 2022, el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña levantó un edificio impreso en barro, un material natural y sostenible que evidenció las posibilidades ecológicas de esta tecnología.

Ambos casos eran experimentales, pero abrieron la puerta al desarrollo de edificaciones impresas en 3D a mayor escala.

¿En qué consiste la impresión 3D en construcción?

Este sistema se basa en un proceso automatizado que fabrica elementos constructivos —o incluso edificios completos— mediante una impresora 3D capaz de depositar el material capa a capa.

La fabricación puede realizarse directamente en el solar de la obra o en instalaciones externas, para luego ensamblar las piezas en destino.

Factores que impulsan su crecimiento

La expansión de la impresión 3D en el sector constructivo responde a diversos retos actuales:

1. Escasez de oferta de vivienda

En grandes ciudades españolas, la falta de vivienda asequible y la escalada de precios hacen necesario recurrir a nuevos métodos constructivos más rápidos y eficientes.

2. Falta de mano de obra especializada

La jubilación de profesionales experimentados y la dificultad para sustituirlos está reduciendo la disponibilidad de personal cualificado en el sector.

3. Exigencias de sostenibilidad

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsan modelos constructivos que generen menos residuos y utilicen materiales con menor impacto ambiental.

Ventajas de la impresión 3D en construcción

La tecnología ofrece múltiples beneficios que explican su creciente adopción:

• Reducción de tiempos y costes: menos mano de obra, menor transporte y una ejecución más ágil.
• Uso optimizado de materiales: se imprime solo lo necesario, lo que evita el desperdicio y reduce los residuos.
• Mayor sostenibilidad: se pueden utilizar materiales ecoamigables, como:
  • Plásticos biodegradables (almidón de maíz, caña de azúcar).
  • Biocomposites hechos con fibras naturales (madera, cáñamo).
  • Hidrogeles basados en nanocelulosas y algas.
• Diseños más adaptables: permite crear geometrías complejas difíciles de lograr con métodos tradicionales.
• Mayor seguridad en obra: al reducir la presencia humana en tareas peligrosas, disminuye el riesgo de accidentes laborales.

Un futuro prometedor

Todo apunta a que la impresión 3D se convertirá en un pilar clave del futuro de la construcción.
Entre las tendencias que marcarán su evolución destacan:

• Desarrollo de materiales innovadores, incluso autorreparables y 100% ecológicos.
• Aplicación de esta tecnología a estructuras más complejas, hasta convertirla en un estándar industrial.
• Creación de marcos normativos que regulen y favorezcan la implantación de este tipo de edificación.

Hacia un acceso real a la vivienda sostenible

La impresión 3D no solo promete rapidez y eficiencia: abre la puerta a un modelo constructivo que facilite el acceso a una vivienda digna, asequible y sostenible, respetando el entorno natural.

En un contexto de desafíos habitacionales y climáticos, esta tecnología se consolida como una de las grandes aliadas para el futuro de las ciudades.